Es la misma chica frágil con la que se tropezó al principio. Y a la vez, es distinta. Muy distinta.
Completamente diferente e indiferente a sus pasos, miradas y caricias.
No dejo de darle vueltas, a lo que ha sucedido. ¿Cuándo empezó a ir todo mal? Dejamos de hablar, poco a poco, se fue desvaneciendo como unos últimos arañazos hasta tornarse irrecuperable, llegamos hasta aquí. En realidad, pensaba que era un llegamos.
Pero lo real es que me abandonó a mitad camino, y yo, no me di cuenta.
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