—No podéis creeros vuestras propias gilipolleces —solía decirnos mientras le daba una calada a su pitillo—, y si es así, tenéis que tener la polla destrozada de tanto daros por culo los unos a los otros.
Sin coherencia, sin cordura, sin pies ni cabeza, sin sentido, sin nada. De repente apareciste y no sé por qué, pero has conseguido lo que ninguno antes había hecho. Me haces plantearme de nuevo todo y... y... es absurdo. A mi también me lo parece, de acuerdo. Más que a ti, seguramente.
Pero quiéreme. Aunque sea absurdo. Quiéreme.
1 comment:
me encanta la nota final , cuando pide que lo quiera
L♥VE ME!!!!
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