Las palabras me saben a sucia premonición, pero sólo deseo que el sexto sentido falle, que falle y no acierte y nada de lágrimas. Aunque ya es tarde, porque asoman las primeras. Quizás somos el fracaso que nunca quisisteis reconocer, pretendiendo seguir en pie en una vorágine de autodestrucción.
Ya es demasiado tiempo el que aguanta la encina contra la tormenta. Nunca fuimos junco, y nunca lo seremos.
Ya es demasiado tiempo el que aguanta la encina contra la tormenta. Nunca fuimos junco, y nunca lo seremos.
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