Me siento sola y me siento perdida. Me siento insegura, est vez no es vacía. Sentirse vacío es algo más allá de lo sentimental, es una carencia de rumbo en la vida. Si no se me dieron demasiado bien las decisiones, hoy (estos días) más que nunca (más que en todos estos años anteriores) me parece que estoy al borde de un precipicio. No creo que se arregle, ni pueda consolarse. Ya lo estaba comentando mi hermana, escojas lo que escojas vas a arrepentirte de tu decisión final. Y bien, es cierto, porque lo que me espera en estos nueve meses que tengo por delante van a superar la mayor de las torturas psicológicas por las que he pasado. Es obvio, se me van a deshacer los nervios y me hundiré por completo en las lágrimas de impotencia, de no cumplir las expectativas, aunque ya me proponga y descargue todos los cursos posibles. Me superará, estoy segura. Y aún así, a pesar de los temores, sigo queriendo y esforzándome en hacerle frente a la realidad, por intentar y desvivirme en igualar (simple, simplemente igualar) al resto de mis compañeros.
Me siento pequeña, me siento insignificante. Estaba en lo cierto, fuera quien fuera, el que comentó que cuando mejor se escribe es cuando se arrastra la moral y se tiene el alma herida. No me he considerado alguien sobrenatural anterormente, ni con los mejores resultados académicos. Ni siquiera con matrículas de honor ni todos los halagos por parte del profesorado. Pero ahora no es falta de consideración. No. Más allá de la perspectiva introspectiva, es totalmente objetivo que no estoy a la altura de la situación. Mis compañeros, que no obtuvieron resultados tan brillantes ni tal cantidad de condecoraciones, superan el curso a duras penas pero con resultados que hacen justicia con la dedicación a la asignatura. Algunos de ellos, incluso, por encima de lo esperado. Pero, ¿son capaces de recordar acaso algo de lo que han estudiado? ¿Podrán resolver de nuevo alguno de esos problemas que tantos dolores de cabeza nos trajeron? ¿Sabrían aplicarlo, incluso, a sus dudas reales? Demasiadas preguntas y respuestas no particualrmente trascendentes. ¿Por qué? Porque a pesar de ello, no me servirá de consuelo. Ellos lo han superado. Tú, no. Tú te has quedad corta en prácticamente todo lo que emprendiste. Es maravilloso conocer, fascinarse, empaparse de esa teoría, entusiasmarse con cada una de las definiciones, aplicaciones, prácticas y teorías. Emprenderla con los ejercicios como si fueran pequeños universos por descubrir, como si observaras con un telescopio el firmamento.
¿Y?
Ahí tienes el resultado. No es que sea malo, pero claramente es insuficiente. Y es insuficiente a pesar de que, casi con seguridad, seas la persona que más interés y emoción hayas puesto en las asigntauras.
Porque es posible, tan posible, que no estés hecha para esta carrera. Seguramente, y tan seguro, ni la termines con un expediente tan brillante como te gustaría. Pero, ¿es que acaso no sabes expresarte? ¿Tienes un potencial oculto?
O es que es algo tan obvio y elemental como que eres así. Mediocre.
Otro más.
Me odio.
Me odio.
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